AiMOGA Robot redefine la relación entre humanos y máquinas
La Cumbre de Usuarios del Grupo Chery de este año situó la innovación en primer plano, y no solo en el ámbito del automóvil. El protagonismo recayó en AiMOGA, un sistema inteligente cuyo núcleo es el robot humanoide Mornine. Este percibe su entorno mediante sensores multimodales, se desplaza de forma autónoma, realiza tareas con precisión manual y responde a preguntas como un asistente experimentado. Todo ello funciona gracias al modelo de inteligencia artificial propio de Chery.
El primer robot humanoide totalmente certificado en Europa
Mornine es el primer robot humanoide del mundo en obtener la certificación completa de la UE tanto para hardware como para software. Chery AiMOGA Robotics ha conseguido tres acreditaciones clave: CE-MD para la seguridad de las máquinas, CE-RED para equipos de radio y EN 18031 para ciberseguridad y protección de datos. En conjunto, estas certificaciones demuestran que las aspiraciones de Chery van mucho más allá de la fabricación de automóviles.
Precisión de ingeniería y empatía humana
Para Chery, AiMOGA es mucho más que una demostración tecnológica. Representa cómo décadas de experiencia en la industria del automóvil —precisión, control de calidad y pensamiento sistémico— pueden trasladarse al mundo de la robótica de servicios. Así comienza el camino que lleva del prototipo de laboratorio al producto industrial escalable.
Robots como guías, compañeros y colegas
Los asistentes a la cumbre pudieron interactuar directamente con los robots AiMOGA. Mornine y sus compañeros robóticos de cuatro patas actuaron como guías, ayudaron a los visitantes a orientarse en el recinto e incluso participaron en el desenfadado Desafío del Perro Robot. El evento ofreció una visión de un futuro en el que las máquinas podrían convertirse en socios de confianza, tanto en el hogar como en el trabajo.
El próximo capítulo de Chery
Con unas ventas previstas de más de dos millones de vehículos en 2025, Chery dirige su apuesta por la innovación hacia un nuevo rumbo. El robot AiMOGA marca el momento en que ingenieros de automoción y robótica se sientan por fin a la misma mesa para crear algo que se mueve, piensa y responde casi como un ser humano.